Yellowstone, la naturaleza al mando
Por Erick Pinedo
Fotos de Mauricio Ramos
Nota: Expedia.mx fue el facilitador de este viaje en conjunto con National Geographic Traveler para la realización de este reportaje.
Paisajes de un mundo primigenio: pozas de sulfuro, explosiones de vapor, lodo burbujeante, montañas cristalizadas, suelos teñidos de colores y géiseres con erupciones tan altas que crean nubes al instante. Un bosque denso cubre la caldera de un megavolcán en la primera zona protegida de Estados Unidos y el mundo: el Parque Nacional Yellowstone.
Aquí se aprecia la vida como se predispuso: humedales, valles, ríos, lagos y cordilleras, desconocidos para los colonizadores hasta hace tan solo 150 años. Por eso, aún se puede hablar del Nuevo Mundo en este lugar, uno cercano al que vivieron los primeros pobladores de América. Las tribus no están más, pero el bosque mantiene su integridad de manera tan rotunda que nuestra intrusión es más que evidente al esquivar ciervos y venados mientras transitamos por la carretera.
Junto con el fotógrafo Mauricio Ramos y nuestro guía Guillermo Rodríguez iniciamos un recorrido para conmemorar el primer parque nacional de la historia a 100 años de su creación. Entre los cinco accesos principales a Yellowstone elegimos la carretera sur, para no dejar de apreciar una parte del Parque Nacional Grand Teton, una de las áreas protegidas que rodean nuestro destino y sirven como zona de amortiguamiento ante la presión humana.
Yellowstone arde bajo el suelo. Este es el hogar de dos tercios de los géiseres que existen en el planeta y cientos de maravillas geotérmicas que de inmediato te transportan a los tiempos en que el mundo apenas se formaba. Un paisaje dantesco que ilustra cómo la naturaleza ha escrito la historia.
“Como fotógrafo, nunca había estado en un lugar con tantas cosas tan increíbles y sin saber hacia dónde apuntar”, dice Mauricio al admirar el valle Lamar, planicies con riachuelos y atardeceres deslumbrantes. Las imágenes que ofrece este sitio a la vista son un regalo inmejorable, un valle dominado por uno de los símbolos de la vida salvaje en Estados Unidos: el búfalo.
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