El personal un amor, increíble, creo que quien nos llevaba a la mesa en cada desayuno se llamaba Mauricio, y era un hombre muy agradable, en general todo el personal contribuyó a que nuestra estancia fuera una brutal experiencia, nos alojamos en la 247 desde el 8 al 16 de septiembre, también cabe mencionar al hombre de mantenimiento que nos cambió las pilas de la puerta ya que estaban gastadas, muy educado, rápido y eficiente, nos ha gustado mucho todo, volveremos!