Reservamos una habitación triple y nos asignaron una habitación con dos camas individuales y un plegatin, el cuál dificultava el paso para acceder al baño dado que las dimensiones de la habitación no hacian viable esa ocupación.
El plegatin no estaba en condiciones, el colcón era delgado y en consecuencia los muelles del somier se incrustaban en tu cuerpo..
Al día siguiente, nos quejamos al responsable de la Fonda y sin mayor dilación nos cedieron un apartamento de 3 habitaciones, baño completo, salón, cocina equipada, calefacción y chimenea, haciendo una estancia agradable y confortable y todo ello por el mismo precio.
Solo decir, que se preocuparon por atendernos bien y fueron correctos.
En cuanto a la comida, casera y bien cocinada.
El servcio del restaurante muy amable