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Es familiar, el dueño muy amable, es tranquilo , la habitación muy amplia con 3 camas con mucha luz y muy céntrico pero tranquilo ya que hay una calle que separa la zona de turismo. El autobús está a 2 minutos y la catedral y los comercios y restaurantes. Todo perfecto, no hay ascensor pero disponen de habitación en la planta baja.Se puede desayunar y hay café y te , galletas en la habitación. El baño grande y limpio. Pudimos dejar las maletas hasta que salió nuestro autobús, por lo que aprovechamos todo el día sin tener que pagar nada por la custodia de maletas como en otros hoteles.
MARÍA JOSE
Se hospedó 2 noches en junio de 2019