Jamás me había sentido como sardina enlatada, la habitación es súper pequeña, el baño ridículo y las paredes por llamarlas así porque sientes todo como si compartises habitación con los demás. Intimidad cero, pone prohibido fumar y hasta encima del mando a distancia había ceniza, la limpieza deja mucho que desear. Creo que la ventana lleva años sin limpiarse por la cantidad de suciedad que tenía. Es una pena ya que el pueblo me encantó pero vosotros deberiais de hacer ciertas reformas para que los clientes queden encantados y quieran repetir y hablar bien de vosotros