Ubicación idónea a cinco minutos de Milano Centrale desde de donde se puede ir a cualquier sitio en bus, tren, metro, tranvía...y en una calle tranquila.
Aunque el personal pone que hablan español, no entienden el idioma y tampoco hacen por entenderlo. Afortunadamente, hablan un poco de inglés.
Lo mejor: camas muy cómodas, limpieza y desayuno espectacular.
Lo peor: el jefe de sala del desayuno media hora antes del cierre fue mesa por mesa a decir en un tono nada amigable que fuésemos terminando porque iban a cerrar. Es la primera vez que veo que echan a un cliente del restaurante del hotel de manera tan brusca.
A mejorar: deberían informar del funcionamiento del ascensor, pues es algo especial y, sobre todo, poner un secador de pelo en las habitaciones, incomprensible que un 4* no lo tenga y menos en un Hilton. El manejo de la ducha tampoco está claro, pero con un poco de maña se adivina su uso.