Es bastante ruidoso por la carretera que tiene al lado. La entrada es muy mala, es en esa carretera y a la altura de la misma no hay acera. El suelo de la habitación, y era un tercer piso, temblaba al paso de vehículos pesados. Y no es agradable.
Está un poco lejos del centro pero hay muchos autobuses casi en la puerta y andando hay unos 15 minutos, aunque de noche se pasa parte del barrio de la Sanitá y hay a quien no le gusta. Pero está en autobús.
A cambio el personal es amable, es limpio, el desayuno aceptable y tienen convenio con un restaurante cercano por si alguien quiere comer o cenar. Tres estrellas sería lo adecuado.