Este hotel es un auténtico fiasco. Las fotos evocan un hotel boutique, no muy grande, en la zona de Chelsea. Pero nada es lo que parece. Las habitaciones son muy pequeñas. y no están limpias, nos encontramos pelos en los estantes del armario. El servicio es muy deficiente y descuidado. No reponen las amenities del baño, e incluso una tarde al volver al hotel nos encontramos la habitación sin hacer, tal como la habiamos dejado. Y lo peor es que el manager, se limitó a tomar nota, no ofreció una compensación, ni siquiera una disculpa. En el check out, y aunque habíamos pagado por adelantado la habitación, nos pasaron un cargo suplementario de 25 dólares por habitación y día, además de los impuestos locales. Para terminar, y para ser justos, he aquí las cosas buenas. El personal del hotel en general es atento y con ganas de ayudar a pesar de las limitaciones de medios. La terraza del hotel tiene un bar pequeño pero agradable y con ciertas vistas. La calle, a pesar del barrio, está sembrada de plantas pues en élla se agrupan las floristerías de Manhattan y dispone una boca de subway. En fin, en la despedida tardaron casi veinte minutos en traernos las maletas desde su consigna. En conjunto,con seguridad no merece la pena,yo no volvería nunca. alli