Nos ha ido muy bien, hotel céntrico, en pleno casco antiguo de Pamplona, eso permitía la salida a comer o cenar dando un paseo. La habitación con las comodidades necesarias, la que contratamos era no muy amplia, pero es por la que pagamos. Un detalle es el lavabo, muy bonito de diseño, pero poco útil al tener poco fondo y ello dificultar, por ejemplo lavarse las manos, se sale toda el agua. Había poca luz en el baño. Por lo demás excelente en trato atención y servicio. Volvería a ir.