Encontrarás una variedad de espléndidas obras de arte y reliquias históricas en Quimper. Admira una de las catedrales góticas más espectaculares de la región. Pasa días recorriendo las calles adoquinadas bordeadas de pintorescas casas con estructura de madera.
La Catedral St-Corentin se eleva de manera imponente por encima de los modestos edificios de los alrededores en el centro del pueblo. Las obras de la catedral comenzaron en 1239, aunque los altos chapiteles idénticos que se elevan sobre el pueblo recién fueron incorporados en el siglo XIX. Echa un vistazo a los magníficos vitrales y admira la estatua ecuestre en la fachada oeste. Esta escultura representa al Rey Gradlon, quien supuestamente fundó la ciudad en el siglo V.
Continúa hasta el Museo de Bellas Artes. La planta baja está llena de coloridas pinturas con los diferentes paisajes de Bretaña. Sube las escaleras hasta la sala Max Jacob. Este sector del museo cuenta con una colección de obras de amigos del poeta nacido en Quimper, incluidos algunos bocetos de Picasso. Durante tu estancia en el pueblo, recorre las angostas calles del centro histórico, decoradas con pintorescas casas de madera, algunas de ellas del siglo XIV.
Continúa en dirección oeste y cruza el río Steir para ver las exhibiciones abstractas del Centro de Arte Contemporáneo de Quimper.
Sigue admirando las maravillas históricas exhibidas en el Museo Departamental Bretón. Este museo, ubicado a orillas del río Odet, cuenta con una gran variedad de exhibiciones que rinden homenaje al pasado y presente de Bretaña. Observa los muebles y la ropa de época, y echa un vistazo a la colección de objetos arqueológicos de la zona.
Quimper se encuentra en el noroeste de Francia, a 6 horas al oeste de París y a 30 minutos en auto del océano Atlántico. El pueblo cuenta con varios hoteles y campamentos en las afueras. En el centro histórico encontrarás muchos de los mejores restaurantes. El pescado es una opción que no falla, y encontrarás muchas variedades de deliciosas crepas dulces y saladas. Visita el pueblo en julio durante el Festival Le Cornouaille, una celebración de una semana dedicada a la vida bretona con música y comida.
El norte de Francia evoca imágenes de grandes iglesias, tranquilas zonas ribereñas y suntuosas crepas. Quimper tiene todo esto para ofrecer.