El "hotel" no tiene recepción, así que quedamos con Manlio (de ahí viene "Domus Manlii") sobre la hora aproximada de llegada y no hubo ningún problema. Llegamos desde la estación Términi en un autobús (también hay línea de tren) a la estación San Pietro y de allí al hotel hay apenas 150 metros.
Es una zona muy tranquila, al lado del Vaticano. El edificio está muy bien conservado, incluso con una pequeña zona ajardinada interior. La habitación es amplia, cómoda y limpia, con servicio WIFI gratuito que funcionaba perfectamente. El desayuno era un poco "Self Service", pero estaba bien si sólo quieres un café y unas piezas de bollería. No se oyen ruidos nocturnos ni diurnos, se duerme a pierna suelta. Hay restaurantes cercanos donde se come muy bien, sin moverse del barrio. Las comunicaciones son estupendas: desde la estación de San Pietro (al lado) sale un tren que para en el Trastévere y sigue hasta Términi. Si quieres ir al aeropuerto es sencillo, el tren te lleva a Trastévere, allí se hace trasbordo a la línea FL1 que va directa al aeropuerto. ¡Sencillisimo!.
También para en la estación de San Pietro la línea 64 de autobús. Al final de la calle hay varias líneas de autobuses que te comunican con toda la ciudad, aunque nosotros una vez lo hicimos andando todo. En cualquier caso, para volver, cualquier línea que te deje en la basílica de San Pedro vale.