Nuestra experiencia fue realmente mala.
Antes de entrar, no nos causó una buena impresión. El cartel de entrada es difícil de ver desde la calle; y una vez dentro todo fue a peor. El portal es tan viejo y estrecho que cuesta salir del ascensor con la maleta.
Al entrar, nos recibió una "señora" (por decir algo), con el ruido de la secadora de fondo retumbando por toda la pensión. Según nos explicó, lleva rota dos años, pero es que el técnico no la arregla bien, y tiene que ir cada poco a ajustar las tuercas. ¿?
Nos dirigió a una habitación, pequeña y maloliente, con una ventana con vistas al patio de luces, rejas en las ventanas y una decoración de flores de plástico en el poyete. Trate de hablar con ella para que nos cambiara a una habitación exterior pero me dijo que no tenía, aunque 5 minutos antes me había comentado que estaba esperando a otra pareja de huéspedes.
Después de 10 minutos, decidimos irnos de aquel lugar, sabiendo que perderíamos el pago de la primera noche, pero aún así se lo dijimos y la pedimos la hoja de reclamaciones, ya que lo que habíamos contratado no se ajustaba a la realidad. Su respuesta fue que si me daba la hoja "no me devolvía un duro" ni de la primera noche, ni del resto que teníamos contratadas. Que si queríamos el dinero no había hoja, vaya. Al final cedimos a su chantaje y nos fuimos corriendo de allí.
Otros detalles a destacar son: no tiene parking concertado (el más cercano cuesta 2,10€ la hora), las puertas de las habitaciones no so