Siempre que vamos a Chiclayo nos hospedamos aquí.
La última vez fuimos la semana antes que iniciara la pandemia en el 2020, por lo que podemos comparar los cambios que se han producido desde entonces.
Se han implementado dispensadores de alcohol en gel en diferentes lugares, así como dispensadores de shampoo y gel de ducha en el baño.
En el cuarto, todo muy limpio y atendieron nuestro requerimiento de toallas secas de inmediato.
El servicio muy cordial, cabe resaltar la esmerada atención que siempre nos brinda el sr. Pedro (antes en la entrada y ahora en el restaurante).
Si bien la piscina, jacuzzi y sauna estaban funcionando, al ser bastante pequeñas, nos asombró comprobar que no había reserva previa, como se ha implementado en muchos hoteles para evitar contacto innecesario con otros grupos debido a la pandemia. En los cuatro días que estuvimos hospedadas siempre estuvieron ocupadas, por lo que no pudimos hacer uso de esos servicios. Creo que sería conveniente la reserva incluso sin pandemia, cuidando el aforo debido a su tamaño.
En general, servicio satisfactorio y oportuno, acorde a las espectativas. Lo más sobresaliente, indudablemente, el personal que nos atendió.