El hotel es una preciosidad, te transporta a otra época,todos los detalles cuidados con mucho esmero, un lujazo el piano amenizando el desayuno. El personal es encantador y dispuesto a ayudar en todo, una especial mención a Ausxi,no puede ser mas atenta y cariñosa,te hace sentir como en casa.La situación no puede ser mejor,en pleno casco antiguo de la ciudad. Altamente recomendable,volveriamos sin dudarlo.