Nos gusto mucho el lugar en general, incluyendo tanto los hoteles a los cuales tuvimos acceso dentro del complejo, como las playas. Había harto sargazo pero lo limpiaban continuamente dentro de lo que es posible. Pudimos gozar del mar y también de las distintas piscinas. Como en todas partes, yo creo, era difícil encontrar reposeras libres si uno llegaba tarde a la playa o la piscina. Nos pareció que hay personas que dejan las toallas de un día para otro y todo el día, y eso quita más posibilidades. Muy entretenido y rico reservar cenas en los distintos restaurantes del complejo, permite tener panoramas para todas las noches, comer rico y ser bien atendido. El gimnasio que hay en el Colonial (o en el del lado), es buenísimo. Los restaurantes bufetes buenos también, siempre encuentras algo que comer. Los tragos en general muy aguados y desabridos, “rendidores”. El personal hace lo que puede por atender, pero no atina con cosas obvias: como traer cuchara cuando ponen una taza, o endulzante para el café. No cuentan con información respecto de los distintos hoteles, desconocen cosas básicas respectó del lugar, que no permite acudir a ellos para orientarse. El Palace es el hotel menos concurrido en las noches. Para más movimiento y actividad nocturna es mejor ir a los que están más al centro.
Las tiendas y el comercio del complejo (plaza mexicana) muy caro en general.